El mes pasado se lanzó WeWork La 93, la primera sede en Colombia de la empresa proveedora de oficinas compartidas con más crecimiento en el mundo. WeWork tiene un edificio de diez pisos ubicado a unas cuadras del concurrido Parque de la 93. Con capacidad para 1.300 miembros, entre sus inquilinos más destacados están Uber Eats, RockStart, Maxim Colombia, Accenture y Fitpal.

Esta red, cuya sede principal se encuentra en Nueva York y que está valorada en 20.000 millones de dólares, les ofrece a jóvenes idealistas y profesionales consolidados la oportunidad de trabajar en una oficina compartida con majestuosas vistas de la ciudad, terrazas soleadas, acceso las 24 horas, café y cerveza gratis, eventos de networking diarios, espacios con diseño incomparable y ocho estilos de áreas para trabajar o descansar.

El equivalente de WeWork en Latinoamérica, WeWork LatAm, empezó en 2015 en Ciudad de México, y desde entonces se ha expandido a Argentina, Brasil y ahora Colombia, con lo cual suma 19 localidades que deben ampliarse a más países en 2018.

Kriteria habló con Cristina Crespo, directora de Diseño de WeWork LatAm, quien reveló la razón por la cual el diseño es clave en una empresa como WeWork y cómo logró adaptar la imagen visual de la empresa a factores locales.

¿Cómo se planteó el proyecto de La 93 y cuál fue su estrategia al entrar al mercado colombiano?

Mi estrategia como diseñadora del proyecto era entrar a Bogotá, establecer relaciones con diseñadores locales emergentes y crear un catálogo de diseño que reflejara la cultura colombiana, para que cuando cualquier miembro entrara a WeWork lo reconociera así, porque hay ciertas cosas que siempre utilizamos. Fuera de la oficina privada se ven plasmadas muchas piezas que son únicas de su mercado.

Por ejemplo, contratamos a la artista callejera Ledania, bastante conocida en Bogotá, quien pinta muros enormes, llenos de color. Su obra es lo primero que ves cuando entras por el vestíbulo. Otros diseñadores locales que incluimos en el proyecto son las marcas Folies, Perceptual, Diamantina y La Perla, Zientte, Tucurinca, Gres y Las Heroínas para muebles, además de 5AM y Vida+Util para iluminación. Es un acercamiento que utilizamos mucho en Latinoamérica.

¿Cuáles fueron los desafíos más grandes que afrontó en esta región?

Todas las regiones tienen sus propios retos. Por ejemplo, algo que pasa mucho es que se hace muy difícil llevar productos extranjeros a Brasil o Argentina porque los retienen en aduanas o les ponen altos impuestos.

Estos desafíos nos impulsan a ser más creativos dentro de los  mercados latinoamericanos, ya que es algo muy particular de esta región; en cambio, las otras se pueden abastecer con productos importados de China o India, y el resultado es un diseño mucho más homogéneo y uniforme, Latinoamérica se ha tenido que crear desde cero en todos los sentidos por este tipo de retos; por eso se expresa tan bien la cultura dentro del espacio.

Está muy claro que el diseño cumple un papel muy importante en los espacios de WeWork. ¿Por qué tanto énfasis en este aspecto?

La compañía fue fundada por dos personas: Adam Neumann, empresario de Israel, y Miguel McKelvey, arquitecto de Portland. Nos ha ayudado mucho el hecho de que uno de los cofundadores sea arquitecto. Desde el principio se hizo énfasis en que el diseño debía estar muy presente en el espacio. Y ese ha sido siempre uno de los valores fundamentales.

Algo que también nos diferencia es que tenemos un equipo interno, que se llama User Experience, basado en Nueva York, que capta lo que no está funcionando en los espacios para seguir evolucionando y mejorando el producto. Ellos reciben mucha retroalimentación de los miembros, y esa información la aprovechamos para generar nuevos estándares y desarrollar nuevos productos. wework.com