Diseño latinoamericano en 2019: entrevista con el director de Medellín Design Week
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El diseñador antioqueño David del Valle es un visionario en el mundo de diseño en Latinoamérica. Con su mirada internacional y a la vez colombiana, del Valle ha logrado representar al país en las ferias de diseño más importantes del mundo, regresando a su país con lecciones aprendidas que logra materializar en sus múltiples iniciativas y proyectos. El creador del estudio Tu Taller Design y el evento Medellin Design Week, un festival de diseño que convierte la ciudad en un espacio para dar a conocer lo mejor de esta industria, se sentó con kriteria para conversar sobre lo que le dejó el 2018 y lo que viene para el 2019.
David, llevas diez años diseñando. En tu opinión, ¿cuál es la función del diseño?
La función del diseño depende de su contexto. El diseño puede tener una estética global, conectarse a nivel mundial, pero las necesidades o las aplicaciones como tal de la profesión dependen del contexto, de donde está ubicado el diseñador.
Yo creo que en Latinoamérica la función del diseño es lograr permitirle el desarrollo a la sociedad de la forma más recursiva posible. Es lograr un alto nivel de diseño, con muy pocos recursos. Creo que eso es lo que nos destaca antes en el medio, porque somos capaces de competir incluso con otros contextos que tienen mucha más tecnología, muchas más capacidades económicas, y nosotros estamos allí y somos capaces de demostrar un poco lo que hacemos.
¿Algún diseñador preferido?
Por supuesto. Mi diseñador favorito es Oki Sato de Nendo, y a veces batalla contra Konstantin Grcic, alemán, en algunos días soy Konstantin, otros días quiero ser Nendo, y me debato entre el arte y la expresión, y lo mínimo, con la funcionalidad y la estética y la perfección. Trato de definir esos dos en mi ser como diseñador.
¿Algún objeto de diseño que te encanta?
Uno de los objetos que más quiero y me encanta, es la lámpara May day de Konstantin Grcic. Tuve la oportunidad de tenerla la primera vez que estuve en el Cooper Hewitt en Nueva York, y es mi lámpara de lectura, de todo, es la lámpara de mi habitación, y mi objeto favorito.
¿Tu cultura colombiana como ha influido tu trabajo como diseñador?
Yo creo que se conecta mucho con lo primero que dije, y es la recursividad. El colombiano, como cultura, trata de salir adelante como sea. Es una cultura que, si no encuentra el lugar acá, emigra a otro lugar a buscar futuro, pero trata de no estar quieto. Trata de hacer lo que pueda con lo que tiene, y yo creo que eso es lo que ha hecho la cultura colombiana en mí. Tratar de buscar, si no existe un evento de diseño, crearlo; si no existen oportunidades internacionales, buscarlas. Eso es lo que me ha aportado la cultura como diseñador.
¿Cuales fueron tus proyectos más importantes del 2018?
El primero, el desarrollo de la tienda de IQOS en el Parque 93 de Bogotá, es un proyecto en el que el mismo Philip Morris escogía los proveedores y a los que podían desarrollarlo, y para mi fue un honor participar en este proyecto.
Otro fue la London Design Biennale, donde pude representar a Colombia, con otros 40 países, mostrando un poquito desde nuestra posibilidad de espacio, de lo que podíamos hacer nosotros, respondiendo a la pregunta que ellos hacían sobre los estados emocionales.
Otro seria la exhibición de mi trabajo en el Salone Satellite, con la curaduría de los hermanos Campana y haber podido conocerlos a ellos, y pues poderles dar las gracias de la invitación que me hicieron.
Cuéntanos sobre tus experiencias del año pasado en las ferias de Nueva York, Milán y Londres. ¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje y cuál es tu feria preferida?
El año pasado fue una bomba de aprendizaje. Milán me enseñó que el contexto del diseño latinoamericano está empezando a surgir de manera muy interesante. Creo que ya nos estamos haciendo conocer y eso antes no era tan fácil. Veo mucho interés de parte del contexto internacional por el diseño latinoamericano y africano, y eso es una oportunidad.
Nueva York me conectó mucho con la escena de las galerías, que no tenia ni idea. Conocí a Cristina Grajales y a la curadora del Cooper Hewitt, entre otras. Nueva York siempre me ayuda a conectar más con el contexto América, y me carga para volver a Medellín y entregar lo mejor de mí.
Londres si fue el que me voló la cabeza, fue la experiencia más increíble de toda mi vida. Las personas que conocí, la directora del MoMA, Richard Rogers, Tom Dixon, poder hablar con ellos como si fuera cualquier cosa, y que ellos estuvieran interesados en mi cultura, me encantó. Me cautivó mucho tener la oportunidad de estar allí y ver un país que le cree tanto al diseño desde los servicios.
Cuéntanos sobre la idea detrás del recién construido TuTaller Gallery.
Nosotros nos dimos cuenta de que no queríamos hacer showroom para TuTaller. TuTaller es muy personalizado, es de estar, hablar, tomarse un café. No nos vemos como una tienda. Tuvimos la experiencia en otro lado en el Poblado y nos alejó mucho de nuestro cliente. Nuestro cliente nos conoce, y valora mucho la conversación, porque digamos que tenemos unos productos que son muy de nicho.
La galería nos da la oportunidad de cambiar todo cuando queramos. Queríamos un espacio donde pudiéramos exhibir cómo quisiéramos, un espacio muy dinámico y cambiante. Tenemos pensado cambiarlo tres veces al año mínimo, y queremos traer otro tipo de cliente aquí, que valore la materialidad, que quiera estar en un espacio donde uno les hable y les cuente la historia.
¿Que se te viene en mente cuanto piensas en el diseño latinoamericano? ¿Crees que este se puede definir y unir bajo una definición y características comunes?
En la materialidad, creo que el diseño latinoamericano sí le interesa su cultura, sus raíces, y su tradición. Yo una vez escuché a un gran amigo, director de una gran empresa de diseño, decir que la tradición no le aportaba al diseño. Estoy totalmente en desacuerdo con eso, y pienso que cada vez más la gente se conecta con lo emocional del diseño y su procedencia, versus si un objeto funciona y ya.
Cuando llega un diseñador latinoamericano, le inyecta la historia de su región al objeto. La gente viene a Latinoamérica por las historias, las sensaciones, los colores, los sabores, por eso vienen los extranjeros. Lo mismo sucede con el diseño.
La característica más fuerte que define al diseño latinoamericano es el contacto con la tierra, con objetos naturales. Si bien, igual están intervenidos como cualquier objeto, la mayoría se le siente como una carga natural, como tejidos, como piedras, uno ve ciertas materialidades que son muy típicas de acá. También los veo muy coloridos, aunque yo creo que soy uno de los diseñadores latinoamericanos menos coloridos, tiendo a ser muy negro en mis objetos.
¿Cuál es tu visión para el diseño colombiano en 5-10 años?
Quiero que se nombre un colombiano como el mejor diseñador del mundo. Creo que lo podemos lograr, pero la tarea está fuerte. Más que con un objeto y cantidad de marcas, debe ser con un concepto totalmente disruptivo, algo que nadie haya visto, y que cuando lo vean, que nadie se haya imaginado que fuera posible lograr.
¿Cuales son las amenazas, retos y áreas de mejora para los que trabajan en el campo del diseño en Colombia y Latinoamérica?
El reto más importante es lograr que el diseño sea valorado no solo desde lo emocional pero también lo económico. En donde todos podamos cobrar como nos merecemos por una ecuación muy sencilla que es la inversión realizada versus oficio. Nosotros como estudio hemos hecho una inversión muy alta.
Creo que la mejora más grande que en este momento estamos haciendo es al producto como tal. A los productos mobiliarios y a los productos de interiores. Primero de todo, no copiar. Saber que el mismo tiempo que invierten copiando, se lo podrían invertir pensando, para ayudar a cambiar una imagen de copiar que lastimosamente tenemos en Medellín. Yo creo que todos entendemos que estamos en un mundo conectado, en el que tenemos las mismas capacidades que cualquier otra persona del mundo, y hay que sentarnos un rato a reflexionar y dar un buen producto y servicio.
Con respecto a las amenazas, entran al mercado empresas como Ikea y empresas japonesas de producto, pero la amenaza más grande no son estas empresas, sino la pérdida del valor al diseño local, por el cual se ha hecho un trabajo fuerte durante casi 10 años. La amenaza más grande es que la gente pierda esa noción de comprar local, o que al colombiano se le olvide todo lo que han hecho tantas empresas de diseño por darle valor a su propio contexto.
¿Que podemos esperar para el Medellín Design Week en 2019?
Lo que van a esperar, es algo muy fuerte, y es que Medellín Design Week se va a hacer 4 veces al año. Ya no va a ser una sola vez, sino que vamos a arrancar en marzo, después sigue mayo, después agosto y después diciembre. Decidimos fragmentar el evento para darle más fuerza durante todo el año y que no se vea como un evento anual, sino como un movimiento muy fuerte, que busca poner a la ciudad de Medellín como la capital de diseño, y para eso no lo vamos a lograr con un solo evento al año.
Comenzando en marzo, vamos a llevar Medellín Design Week a las universidades. Vamos a visitar varias universidades de diseño, y llevar conocimiento, expertos, y hablar con los chicos.
En mayo es nuestra exhibición de MayDay en el Wanted Design de New York x Design (la semana de diseño de Nueva York). Nosotros consideramos a MayDay como un proyecto de Medellín Design Week. También en mayo en Medellín vamos a hacer una serie de eventos privados con tiendas de diseño, con Medellín Design Week dentro de la tienda, haciendo la curaduría, invitando expertos. Va a ser un mes muy bonito.
En agosto, vamos a tener una gran conferencia, entonces vamos a tener invitados internacionales como los que hemos tenido, también nacionales. Vamos a tener el Business Design Meeting, va a haber un tema muy importante que se llama Royalties en el diseño, que se enfoca en cómo cobrar regalías a empresas, y como empresas que ya trabajan en ese modelo, nos pueden contar un poco de como trabajan.
En diciembre, queremos hacer un tema de ventas, y es la misma Bodega Central, pero ya de forma comercial. La idea es que todos nos podamos enfocar en venta para esta época particular del año.
Este concepto de fragmentar el Design Week está especialmente pensado para Medellín, y es un resultado de entender que Medellín no es un Milan, acá no hay publico para tantos eventos, y toca seguir fomentando el diseño poco a poco. Yo hablo con todos los lideres de los design weeks del mundo, y en ninguno se había hecho esto. Según lo que me han dicho los diseñadores, empresarios, las academias, les parece una idea genial, porque tienen la oportunidad de hacer las cosas con más detalle, con más tiempo, planear mejor, presentar las cosas con tiempo.